MONTEVIDEO, Uruguay (EFE).- La aprobación hoy en el Parlamento uruguayo de la Ley de Matrimonio Igualitario, que otorga el mismo nombre, derechos y deberes a las uniones de parejas heterosexuales y homosexuales, puso punto final a un largo proceso de concienciación social y debate político en el país orientado hacia la igualdad.
A falta de que el presidente José Mujica promulgue la norma para que ésta entre en vigor, lo que se da por descontado, Uruguay será la décimo segunda nación del mundo y la segunda de América Latina en permitir matrimonios entre personas del mismo sexo con igualdad plena de derechos.
El primer paso para lograr el matrimonio igualitario fue la aprobación en diciembre de 2007 de la Unión Concubinaria, una iniciativa legal presentada por la senadora del oficialista e izquierdista Frente Amplio (FA), Margarita Percovich.
Esta propuesta llegó al Parlamento en el año 2005, después de que el FA lograra la mayoría absoluta por vez primera en la historia del país y permitió otorgar a parejas de igual o distinto sexo con una convivencia mayor a cinco años derechos similares a los del matrimonio.